El príncipe de la lluvia
Ernesto Parodi - 10/09/2010Ok, voy a escribir estas líneas con mis impresiones sobre el Rally Anual 32 Aniversario de CAdeAA. Trataré de hacerles llegar mi visión (limitada visión…), desde el empañado parabrisas de un NSU Prinz.
Como sabrán, emprendimos el viaje desde Buenos Aires a Pinamar el viernes por la mañana, cuando llevábamos ya varias horas de temporal y tendríamos ante nosotros unas cuantas horas más. Alguna vez conduje mi BMW Isetta bajo condiciones meteorológicas muy desfavorables, de noche y con una lluvia incesante, pero esto era diferente. Nos esperaba rutas transitadas y más de 350 km por delante.Para colmo tuvimos la mala idea de partir luego del amanecer, a eso de las 8-8.30 hs… No contamos con el embudo de la autopista!!! Por allí navegamos, entre una mezcla de caras de simpatía, de indiferencia y de “correte que estoy apurado” del resto de los conductores.
Pero si era sacrificado para un Prinz o para un “Fitito”, ni que hablar de las baquets. Hay quien se fue hasta Pinamar bajo la lluvia, armado sólo de un traje de lluvia y antiparras, lo que le valió luego un Premio Honorario al Espíritu Deportivo…
Saliendo en pequeña caravana desde Dolores, recordé que tenía que cargar combustible: la última carga había sido en la estación de Wilde. Está bien que el Prinz es económico (alrededor de 15 km/litro), pero tiene un tanque de 20 litros… Por lo tanto, a entrar en la próxima estación de servicio… No aparecía y no aparecía… Mirada al GPS, próxima estación: San Clemente!!! Un poco de nervios, la tormenta que no aflojaba, ya me veía junto a mi copiloto (mi hija Vicky) empujando la galerita por incontables kilómetros o remolcado por alguno de mis compañeros… Por suerte, en el “pillaje” (llamar peaje a ese robo sería elogiarlo) ya están cancheros y tienen bidones de nafta para vender… como si fuese “la ruta del desierto”… 5 litros, suficientes para llegar a la próxima estación de servicio en la rotonda de Madariaga.
Llegamos a Pinamar, y la lluvia estoica. Ya estábamos acostumbrados a la mojadura, a los pies fríos, al pelo hecho una sopa… Por suerte todos los autos fueron llegando, más de 80 ¡Impresionante convocatoria!
Llovió toda la noche y el sábado siguió el diluvio hasta pasado el mediodía, cuando unos fuertes vientos comenzaron a despejar las nubes e hicieron flaquear a la lluvia por primera vez en casi dos días… Para ese momento ya estaba iniciada la prueba de regularidad.
Viaje hasta la rotonda de Madariaga, volver al cruce con Ruta 11, viajar hasta la rotonda de Gesell y volver entrando por Valeria del Mar. Vicky, nerviosa porque no entendía nada de la hoja de ruta (primera vez en estas lides, también para mí en ruta). “Hija, no te pongas nerviosa, es una diversión, vas a ver que la vamos a pasar bien, vamos a aprender, poco a poco nos vamos a poner cancheros…”. Total, el velocímetro del Prinz anda como quiere, y cuando quiere, depende cómo quede la tripa ubicada detrás del tablero, así que… ¡a darle para adelante!
El recorrido fue divertido, aprendimos “in situ” que era una autolargada, un autocontrol, una referencia. Nos divertimos mucho.
Al regreso, entrada por Valeria del Mar, por la avenida Espora, con tramos inundados, bastante inundados. No era para menos… Los participantes entraban y la mayoría daba la vuelta y retornaba a Ruta 11. Nosotros desviamos por las calles de adentro, de barro arenoso… ¡Qué bien empuja el Prinz en este terreno! No se quedó, ni patinó a pesar de su tracción trasera. Claro, pesa sólo 500 kg, pasaba como un cuatriciclo…
Sobre la Avenida del Tridente, el último obstáculo: un badén lleno de agua, al punto que varios autos modernos daban la vuelta o subían a las veredas para pasar. Nosotros ya veníamos jugados y entusiasmados y pasamos como veníamos al mejor estilo Sebastién Loeb… ¡Y pasó!
Luego expusimos los autos frente al hotel. Había de todo, muy variado. Lo que no variaba era la excelente calidad de las unidades expuestas: Ford, Chevrolet, Chrysler, Nash, Plymouth, incluso un Rolls-Royce Corniche, un Austin-Healey Sprite (“Frogeye”), Fiat, Peugeot, Porsche, Ferrari, etc, etc. Desde vintage a contemporáneos y autos de interés especial.
Por la tarde, luego de la sobremesa y ya con el sol instalado en el cielo secando las carrocerías, la prueba de habilidad conductiva. Los consabidos conitos, el zig-zag, la curva cerrada, la curva más abierta, un rulo alrededor de otro conito, otra curva y la meta. Uno a uno pasaban los participantes, 44 en total. Algunos mastodontes “sudaban como una ballena en ascensor”, diría Divididos, y a duras penas pasaban los obstáculos. Claro, acá es donde los chiquitos sacan ventaja, y se notó…
Históricos contemporáneos: 1º, el Fiat 600 1978 de Daniel Iracheta (primer tiempo absoluto de la general), 2º, mi gallardo NSU Prinz, y 3º, el Fiat 600 1963 de Rubén Antinolfi, todos entre 29 y 30 segundos. Ahí en la general, el Mini 1981 de Rubén Bella (interés especial) se coló en el segundo puesto, tercero el Prinz. Aquí no vale la potencia, y el tamaño juega en contra… Aquí David saca ventajas…
Sábado a la noche, cena de gala. Agradecimientos, entrega de premios, regularidad, habilidad conductiva, premios a las damas mejor clasificadas, premios para Vaccarezza y Campana por su espíritu deportivo (Campana por viajar a Pinamar en su baquet Ford. Vaccarezza por hacer el rally de regularidad bajo la lluvia con su baquet Nash apodada “Lola”). La importante presencia de autoridades de Pinamar (intendente Blas Altieri y secretario de turismo Carlos Buchieli), y la presencia en el evento de tres corredores de renombre para nuestra historia automovilística: Carlos Marincovich, Carlos Pairetti y el “Nene” García Veiga. El final a toda orquesta con música y baile…
Y sí, el domingo a volver. Cada quien por su lado o en grupos, fuimos despidiéndonos de Pinamar (por ahora). En mi caso, junto al Fiat 600 de Rubén Antinolfi y el Mini de Héctor Licciardello. El viaje, sin contratiempos. Los miniautos, un fierro. Nuestra alegría intacta y el deseo de repetir la experiencia pronto!!!
Fotos: Rafa Vallejos y E.P.
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La lluvia y el viento de Pinamar
Categorías: EventosFecha: 10/09/2010
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cinturonga
uydio las rueditas del autito celeste!!, eso es lo que se llama suspención y alineación independiente?
BMW-Isetta
Cinturonga, el NSU Prinz tiene efectivamente suspension independiente en las 4 ruedas. La suspension trasera esta compuesta de dos brazos llamados «oscilantes» en forma de V abierta aprox, agarrados al centro del auto. Estos brazos oscilan radialmente con las ruedas fijas a los mismos con lo que al subir y bajar la suspension generan, al reves que los autos modernos, un «angulo de desplazamiento positivo» quedando «chuecos». El auto es muy estable y practicamente no tiene rolido. Saludos, Ernesto M. Parodi.
BMW-Isetta
…Ah, y no es celeste sino verde, la pantalla de la compu puede engañar un poco. Color de catálogo NSU : «Antillengrün» (Verde Antillas), techo «Callaweiss» (Blanco Cala). Saludos, Ernesto M. Parodi.
cinturonga
Ernesto gracias por la explicación!
Cinturonga.
charly walmsley
Aca un fana del NSU, por favor dejen me decir el autito que empieza creo 1957 o 8 tiene arbol de levas a la cabeza y camara de combustion hemisferica (de fabrica) y el mando del arbol de levas es con tres bieletas como supo tener el Bentley Le Mans alla por 1930.Todo esto con 580cc.
BMW-Isetta
Exacto Charly. Cabe aclarar que con 583 cm3, el Prinz fue el vehiculo con motor mas chico de todo el rally. Esta cilindrada sin embargo tiene una potencia de.30 cv DIN (34 cv SAE), similar a autos con el doble de cilindrada como el escarabajo VW 1100. Ademas el motor, de 2 cilindros en linea y refrigerado por aire, esta ubicado transversalmente y lubrica con el mismo aceite motor, caja (a presion) y diferencial (por caida y salpicado). Saludos, Ernesto M. Parodi.