Supersónico
Hernán Charalambopoulos - 02/06/2010El inicio de la década del cincuenta marca una tendencia dentro del diseño de autos y a ambos lados del charco, muy emparentada, una vez más, con la industria aeroespacial. Eran los tiempos de los primeros jets, y con ellos la manía de los diseñadores de autos (comenzando por Harley Earl, y Bill Mitchell de GM), en copiar la estética agresiva de esos nuevos aparatos que representaban lo más avanzado que la tecnología podía ofrecer en términos de transporte de material humano de un punto de la Tierra a otro. Bocas enormes, alas, y todo tipo de aditivo decorativo era bandera y sinónimo de modernismo y de velocidad, elementos estos muy apreciados por la optimista sociedad del “dopoguerra” americano, y luego contagiado al mundo en formato de enormes bañaderas llenas de cromo, aunque portadoras también de un particular encanto del que todos alguna vez , y por alguna u otra razón nos hemos sentido atraídos.
Pininfarina, sin ser precursor, tomó nota del caso, y a fines de 1952 presentó, entre otros prototipos, una propuesta futurista del Lancia Aurelia, llamada Lancia PF300.
Este ejemplar único fue mostrado este año en la exposición de Villa D’Este, generando una muy buena respuesta entre la muchedumbre, que admiró este sutil, pero excéntrico objeto, junto a algunos coetáneos, como el Fiat 8V Supersónica, de la Carrozzeria Ghia.
Poco para decir del diseño que se cuenta sólo por audacia y fuente de inspiración. Poco que contar y mucho para reflejarse, ya que como dijimos, hay una bajada directa del estilo de los primeros jets cazas, y sus omnipotentes bocas que permitían alimentar a las famélicas turbinas con el aire necesario para iniciar la combustión que propulse el esbelto cuerpo del avión hasta velocidades que por primera vez superaban la de la barrera del sonido.
Categorías: DiseñoFecha: 02/06/2010
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Mariana
q lindo auto!! muy buena nota!
Tete
Que pedazos de lanchas diseñaban en ese entonces, de mas chico un amigo un poco mas grande y fan de los autos americanos tenia un Impala convertible amarillo huevo con tapizados blancos, el cual me prestaba bastante seguido y que era un portaviones de grande. Tambien tenia otro supertankero, un cadillac con un V8 enorrrrrmeee,,obvio caja automatica, 4 puertas y con unas aletas en la cola tipo apolo 11, un día saliendo de una esquina se me ocurrio acelerar la bestia a fondo, resulta que el acelerador se quedo trabadoa fondo, casi me hago popo encima, para despues pararme con los dos pies sobre el ancho pedal de freno y cortar el contacto, todavia recuerdo la taquicardia que me agarro
Don Richard
Recuerdo a los Cadillac del 57, 58 y 59 con sus enormes aletas, parabrisas envolventes, etc. Un amigo mío de chico tenía en el garage del edificio en que viviá los autos de toda su familia (vivián todos los parientes en varios pisos): Cadillacs Fleetwood o De Ville del 54, 56 y el ’58 Coupé De Ville sin parantes(rojo con el techo blanco, para colmo) del padre. Era enorme y lleno de cromados. Eso si, todos tenían transmisión automática, aire acondicionado (eran tan grandes como un split colgado en la pared); levantavidrios, asientos y espejos eléctricos, radio con buscador automático, antena eléctrica, no les faltaba nada de lo que tiene los autos actuales, salvo que todo era mecánico y no electrónico.
VIVIANA01
Cadillac Eldorado,ese tambien tenia sus aletas!!!!que buen auto
Lucasg
Ví la primera foto y me acordé de Wanda Nara. Me tengo que ir a dormir, mañana veré las fotos de nuevo, más lúcido.