«Los Toboganes»
Bocha Balboni - 08/07/2010El circuito Los Toboganes fue una pista de tierra ubicada en Esperanza, Santa Fe, inaugurada en 1948 con el triunfo de Adriano Malusardi con Alfa Romeo (Tipo B o P3 presumiblemente modificado). Por los desniveles y hondonadas del lugar, que copia el trazado de la pista, aunque llevaba otro nombre, Luis Elías Sojit lo bautizó así en su inauguración y con ese nombre persistió.
Recuerdo aquellos tiempos, de mamelucos (o jardineros más bien) porque usaban unos pantalones con una pechera y tiradores, engrasados, y a puro pulmón, los tipos que eran capaces de pasar privaciones para poder armarse el auto y correr, no había sponsors, y en la casa vecina, que estaba desocupada, se alojaban «los corredores», cuando se corría en Los Toboganes. ¡Qué fiesta para los pibes del barrio! Era la primera mitad de la década del 50…
Imagínense que hoy, Fontana, Rossi, Ortelli, Silva o que sé yo quien viniera a vivir a la vuelta de su casa por dos o tres días. ¡Con auto de carrera y todo! Claro, allá estábamos con los ojos grandes como carozos, mirando, tocando los autos, mezclándonos con la grasa, las cubiertas y los fierros, preguntando.
Venían cerca del fin de semana de la carrera, varios manejando los mismos autos con que corrían, con una valijita o un bolso entre las piernas o debajo del asiento, nada de trailers, de equipo, de casa rodante o antiflama, ni se hablaba. Omar Fuentes, Alfredo Pian, Sticconi, alguna vez Nasif Stéfano, (el primero que vi con trailer, después), Remigio Caldara, Jesús Ricardo Iglesias, José Félix López. Los de Santa Fe (Brosutti y Cataudella), Paraná (Niemitz), o Rafaela (Fanto) iban y venían andando , mientras probaban.
¡Qué batifondo había en el barrio! La casa, todo el año desocupada, cobraba vida de un día para otro, que hotel, ni mucama, ni teléfono, algunos catres, unos colchones desparramados por el suelo. Como allí terminaba el pavimento, el barrio era muy tranquilo, pero esos días que esperábamos todo el año, se transformaba, se llenaba de gente, autos muy ruidosos, aceleradas, frenadas, y nuestras pobres viejas con la piel de gallina, mas de una volcó el mate o se quemó con el guiso sobresaltada por un frenazo, de esos que te hacen parar los pelos de la nuca, porque aquellos muchachos hacían de las suyas para impresionar a las minusas del barrio.
¡Quién nos iba a despertar! Si saltábamos de la cama apenas se colaba un rayito de sol por la ventana, y disparando a la vereda a esperar para ver quien llegaba. Veníamos de la escuela a actualizar la información y siempre había alguno que como iba a contraturno quedaba de guardia y tenía la precisa: “llegó Sticconi, fue a probar”, “Omar Fuentes está en el taller”, “Pian salió a buscar una manguera”, “ya viene Requejo”.
Los que disponían de más medios, remolcaban el auto con uno de calle o lo que en aquellos tiempos era una “chatita” que sería hoy una pick-up, hecha de un auto de serie cortado reemplazando los asientos traseros y el baúl por una caja de carga.Los cascos eran de corcho, las ruedas Rudge a rayos y mariposa, con una sierra hacían caladuras transversales a las cubiertas de calle, las mismas que tenía el auto de mi viejo, para que agarren mejor. Ni hablar, al circuito todos iban y venían rodando.
Cataudella, con su jerga cocoliche y sus ataduras con alambre. Sin embargo, quien diría, una foto suya adorna las sirupíticas paredes de ese sacrario que en la esquina más coqueta del barrio de La Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires lleva por nombre “La Biela”, habitada seguramente también por una “mezcla rara de sabihondos y suicidas”. Los que tenían amigos o parientes, se alojaban con ellos, también se distribuían los talleres mecánicos: unos iban a la Ford, otros a lo de Caturegli y D’agostina y algunos en talleres particulares. Fahsbender, Etcheverry, Alesso, cada uno tenía su taller donde paraba cada vez que venía y hacía los ajustes, arreglos o modificaciones.
Y también por allí íbamos a husmear, así conocí a Onofre Marimón, José Félix López, Requejo, Niemitz, Crespo, Delosse, Anna Hartenau. Cuando las cosas andaban bien, más o menos podías hablar, pero si algo no salía… lo mejor era que ni te acercaras. Esperanza tenía sus créditos: Rodolfo Barbetta y Juan Alesso, que también se trenzaban y en quienes todos los años renovábamos la esperanza de que les “pasaran el trapo” a los de afuera.
Otros tiempos, otros hombres, todo a pulmón y corazón, tal vez ni mejor ni peor, pero, ¡qué lindo haberlo vivido!
Fuentes consultadas: Coche a la Vista, El Gráfico (Edit.Atlántida), Enciclopedia de Oro del Automovilismo Argentino, Fuerza Libre (Guillermo Sánchez), Medio Siglo de Automovilismo Argentino (Borocotó), Historia Deportiva del Automovilismo Argentino (Alfredo Parga), Rugir de Motores.
Bocha Balboni
historiasdehya@gmail.com
Categorías: GeneralFecha: 08/07/2010
Otras notas que pueden interesarle
141 días, 141 clásicos
Peugeot 403, Berlín, Alemania.
Lectores RETROVISIONES10/11/2010 1 Comentario
Con la música a otra parte
Hace hoy treinta y un años que John Lennon dejò de actuar.
Hernán Charalambopoulos08/12/2011 3 Comentarios
Lancia del día #6
Marcello Mastroiani y su Lancia Flaminia Super Sport Zagato.
Hernán Charalambopoulos02/07/2013 7 Comentarios
The Bugatti Inn
The Bugatti Inn (Prescott, Inglaterra). Un lugar lógico de reunión para futuras charlas/debate sobre la marca en Retrovisiones. No se hagan la ilusión de un menú acorde a la filosofía y exquisitez de Ettore y sus autos. En este país que lo tiene todo pero donde la única Reina es la austeridad, propongo Fish & […]
Gabriel de Meurville29/08/2010 5 Comentarios
Cintu: Del onanismo al enanismo
Vióselo, como tantas otras veces, al buen Cinturonga enfundado en paños que ocultan perennemente su atribulada identidad. Entre confesiones al lado de la botella mientras caían las últimas gotas de sol, declaró alguna que otra travesura de adolescente y las indelebles secuelas que le habían procurado a lo largo de su misteriosa existencia tales prácticas. […]
Hernán Charalambopoulos06/08/2014 12 Comentarios
570 días, 570 clásicos
Si esta sección tiene alguna meta es la de encontrarle el/la novio/a a los autos que publicamos que lo andan necesitando. La otra es promover la salud de los buscadores de tesoros, porque no hay mejor forma de encontrarlos que andando a pie o pedaleando. A juzgar por pequeñas pistas en las fotos que nos […]
Lectores RETROVISIONES06/05/2012 9 Comentarios
Cartel de miércoles #11
Lago di Garda, Italia, durante mayo de 2011
Cristián Bertschi31/05/2011 16 Comentarios
127 días, 127 clásicos
Renault 5 Turbo2, Nueva York, EE.UU.
Lectores RETROVISIONES27/10/2010 20 Comentarios
Al final del camino
No se si en Colombia existen los desarmaderos/deshuesaderos/yonques. Si los hay están bien escondidos, pues he recorrido algunos miles de km por la tierra del olvido, y lo que no recuerdo es haber dado con alguno de ellos. Es díficil pensar que coleccionistas, restauradores y entusiastas locales pueden despertarse cada día sabiendo que no van […]
Diego Speratti06/04/2010 2 Comentarios
Estresha
Orgushosa estresha que sigue brishando. Odos Amaliados, Amaliada, Grecia
Hernán Charalambopoulos15/05/2012 7 Comentarios
Rana hibernando en Palermo
Recorriendo garajes de Buenos Aires, esta vez nos detuvimos en la calle Güemes al 4400 en el barrio de Palermo, donde descansa desde hace no menos de diez años un Citroën 3CV versión M28, es decir la última producida por la marca en Argentina antes de despedirse. Deducimos que el auto es modelo 1978 o […]
Hernán Charalambopoulos23/12/2009 8 Comentarios
Empieza la temporada
Todas estas fotos que parecen solamente un rejunte de imágenes desacomodadas, están alineadas cronológicamente y testimonian el primer evento (un asado violento) al que RETROVISIONES fue invitado en tierras Europeas. Demás está decir que comí por los tres integrantes del equipo, y bebí a la altura de las circunstancias… Detrás de los lechones y demás […]
Hernán Charalambopoulos16/08/2011 17 Comentarios
Rally de Invierno FLB 2015: los mejores
Elegir los mejores autos de este rally fue difícil pero no imposible. Después de un rato de charlar y envalentonados por algunas birras, con Speratti tiramos una lista que resultó ser casi obvia: Bentley Continental R: Un escándalo de auto por donde se lo mire. Un afano. Ferrari 250 GT Lusso : Qué gracioso… Así cualquiera… Chevrolet Corvette […]
Hernán Charalambopoulos02/06/2015 20 Comentarios







![_R0J2679 [1280x768]](https://www.retrovisiones.com/wp-content/uploads/2015/05/R0J2679-1280x768.jpg)










a-tracción
Bocha, excelente historia. Cuantos de los que leemos o escribimos en Retrovisiones quisieramos que el automovilismo fuera accesible como en esos tiempos. Alguien se prende?
DBU
Extraordinario! Podría complementar indicando algunos de los autos en competencia? Su favorito? Gracias!
Fuoripista
A los que nos gusta la historia del automovilismo «chacarero», aquél que se vivía en los pueblos, esta es una nota para guardar!! Gracias Bocha por compartir esas vivencias!!
Raul Cosulich
Magnifica nota. Que tiempos aquellos,los autos no valian fortunas y nadie pensaba en normas de seguridad. Cuantas veces salimos corriendo cuando se nos venia encima algun TC en una curva donde nos ubicabamos para verlos bien de cerca.
charly walmsley
Bocha,gracias por tus relatos.Un lujo. Quisiera agregar que justamente ayer tuve la suerte de ver poner en marcha uno de estos históricos monopostos, y oh sorpresa, el bidón de combustible tenia un liquido transparente: ALCHOOL, nunca en mi vida tuve el honor de ver y escuchar esto, con la obvia explicación que la compresión era 12:1 No me lo lo vio a olvidar jamás.
El Gorila Julio M.
Bocha, mi hermano fierrero esperancino. Como siempre excelente tus recuerdos y tu nota. Seguí contándonos cosas como esta para que a los veteranos como yo volvamos a tener 20 años. Un abrazo. Julio Martín
Marcelo
Otros tiempos, mucho mejores que los actuales. Gracias Bocha por compartirlo con todos nosotros.
Federico Kirbus
Más micción imposible
El hombre de mameluco en la nota evocativa del Bocha Balboni parecería ser don Natailio Cataudela. El hombre más entusiasta de la vieja Mecánica Nacional.
Correr por correr, no importaba si llegaba último o penúltimo. Pero siempre estaba.
Me contaron ésta de don Natalio: en una de las 500 Millas de Rafaela de los años 60 varias personas estaban haciendo cola frente al único retrete en el sector boxes, cuando un amigo mío observa en la fila a un hombre de jardinera. ¡Era Cataudela! Lo invitaron a pasar adelante para salir cuanto antes otra vez el circuito. Lo aceptó, sí, pero sin apurarse por ello mucho.
Esto era: correr por correr.