El primer año del resto de la vida de Charlie
Valeria Beruto - 10/01/2015También se vive de proyectos que toman fuerza y se desvanecen. Están ahí, emitiendo su luz tenue, al borde de apagarse, pero por alguna razón no lo hacen y se puede volver a soñar con esos proyectos; tal vez algún día concretarlos. Yo los retomo y los abandono a veces con razones muy precisas y otras por puro capricho. Lo importante es que estén ahí. Para mí uno de éstos es escribir la biografía de Charlie Menditeguy. No sé bien cómo se ha escurrido, por qué no existe una ya, siendo él un personaje leyenda, un hombre con visa para el Olimpo. Conocemos relatos aislados, anécdotas, frases célebres, mitos indestructibles pero la película completa no está, al menos en la manera amable de una biografía. Tal vez sean tantos y tan obvios los motivos que narrar su vida pueda resultar un lugar común, un cliché de la figura de esplendor y éxito. Puede ser que algo de eso haya. También es cierto que cuando encuentro a alguien que haya sido amigo suyo noto un fenómeno muy particular: la confidencialidad. Una y otra vez sus amigos y conocidos editan muy bien lo que tienen para decir de Charlie, como si aún después de tantos años no quisieran dejarlo expuesto; seguramente las mejores vivencias están blindadas por pactos de caballeros que no pierden fuerza con el tiempo.
Tomarme el proyecto en serio implicaría hacer un enorme trabajo de investigación del que todavía no me he convencido. Coqueteo con la idea y cada tanto hago un simulacro de investigación, de esos que se pueden hacer tan solo con un acceso a internet. Lo sé, lo sé, hay mucho más que eso. Hay que inhalar ácaros por horas, estornudar mucho, leer crónicas mal escritas, ir a las fuentes y convencer amigos reticentes a soltar prenda para poder decir *estoy investigando la vida de Charlie*. Sin embargo, he dado con algunas historias que me han conmovido y no estoy segura de que sean conocidas por la mayoría. Una de ellas es Sebring 1956.
Para cuando Charlie estaba al lado de su Maserati 300S esperando para largar tipo Le Mans las 12 Horas de Sebring, en la vitrina de su casa había cinco copas del Abierto de Polo de Palermo, ya era campeón nacional de Squash, séptimo en el ranking nacional de tenis, eximio centro-forward en fútbol y había ganado la apuesta de convertirse en scratch de golf en menos de un año –y para que no quedaran dudas se quedó con el abierto de Golf de Mar del Plata de ese año. En lo automovilístico, había logrado el debut junto con el triunfo en la categoría sport en Mar del Plata a bordo de una Ferrari 166 MM en 1950, corría con su Ferrari 166/195S en el CAS y a partir de 1952 había comenzado a correr en TC con una coupé Ford, disciplina sobre la que años más tarde llegó a decir que fue lo que más quiso en lo deportivo a pesar de los disgustos que le había dado. Su debut en la Fórmula 1 había sido en 1953 manejando un Gordini. Además se destacaba en pelota-paleta, esgrima, boxeo y se comentaba que era muy buen billarista.
Aquel año, 1956, tal vez fuera un año bisagra en su vida. Es difícil hablar de *año bisagra* en alguien con una carrera como la de la Charlie, sorprendente por donde se la mire. Pero creo que hay algunas razones para pensar que 1956 marcó un antes y un después. En enero había ganado junto con Stirling Moss los 1000Km de la Ciudad de Buenos Aires en una Maserati 300S. En TC había logrado el primer puesto en Olavarría el año anterior. De manera que mientras esperaba para largar en aquel circuito de Florida, Estados-Unidos, su pedigrí al volante ya fraguaba de manera sólida. El circuito era un aeródromo militar del cual Stirling Moss había comentado que tenía muchos aspectos a mejorar. En los boxes, Cesare Perdisa esperaba su turno como co-equiper de Charlie.
Confiado y elegante –muchos dicen que ególatra, supersticioso y temperamental también-, esa mañana Charlie había oficiado de traductor en una entrevista a Jean Behra; era fluido en inglés y en francés, como para completar su carnet de dandy sin fronteras. Ese audio, que se puede escuchar en youtube “Sounds of Sebring 1956”, cuenta con una pequeña descripción que hace el entrevistador sobre Charlie, presumiblemente impresionado por su figura ya que no vuelve a describir a ningún otro piloto así. Dice: El muy agradable Carlos Menditeguy, de bigotes pícaros y pelo en retroceso, lleva puestas unas sandalias con suela de paja -probablemente hechas por algún indio en Argentina que nunca ha visto un auto- y se ofrece como traductor para esta entrevista a Behra. Es así: unas alpargatas con suela de yute podrían ser comentadas en una nota de una carrera puntable para el campeonato mundial de marcas solo si las usa alguien como Charlie.
En ese mismo audio Stirling Moss advierte que el circuito es demasiado plano, sin peraltes, y muchas veces se hace difícil ver el asfalto más allá del pasto. Habían dispuesto fardos para señalizar el ingreso a unos mixtos, los cuales habían sido milimétricamente memorizados por Charlie, como cualquier otro buen piloto habría hecho. Porque de eso se trata en parte, de tener referencias a lo largo del circuito que dialoguen con las velocidades, los cambios y los radios de giro. Cuanto más se pueda repetir el ideal, mejor. Improvisar puede ser vistoso para los demás y un edulcorante natural para el ego, pero nadie construye sobre improvisaciones. Repetir una y otra vez la canción del circuito es el ladrillo sobre ladrillo de la victoria.
Existe un personaje tremendamente dañino que nos circunda y muchas veces no estamos atentos a su potencial destructivo. Se trata del boludo voluntarioso (en adelante BV). Cada uno puede revisar rápidamente distintos ámbitos como trabajo, facultad, deportes, hobbies y seguro algún ejemplar va a encontrar. Es un ser dotado por una proactividad directamente proporcional a su falta de criterio. Soy una convencida de que es preferible tratar con una mala persona -suelen ser más previsibles- que con un BV. El BV sorprende por sus acciones de buena fe que terminan en proyectos malogrados, lesiones, destrucción, incluso tragedias. Se sabe: el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones y los BV son los proveedores naturales de pórfido para ese camino. Todo esto viene a colación de un oficial en Sebring a quien los fardos de la entrada a los mixtos no le parecieron lo suficientemente prolijos, o en escuadra, o estéticos y a poco de largar la competencia decidió correr esos fardos como quien acomoda los muebles del living de su casa. Quien se encontraría primero con la redecoración fue Charlie. El recorrido mental chocó primero contra aquel fardo y fue tarde, porque el circuito no anticipaba, para evitar llevárselos puesto. La Maserati dio trompos y vueltas en el aire dejándolo a Charlie tendido al costado del asfalto. Boca abajo, el cuerpo fláccido.
Sin ánimo de ensañarme con aquel oficial BV, es posible que haya sido el mismo que junto a otro llegaron a la escena del accidente y descontaron que el cuerpo del piloto tuviera alguna posibilidad de sobrevida. Discutieron, barajaron opciones de cómo liberar la pista y el cuerpo de Charlie seguía ahí, boca abajo, olvidado. A veces pienso que fue una intervención divina que el BV no lo hubiera asistido. Tal vez lo habría dado vuelta, boca arriba, exponiéndolo a que se broncoaspire y eso habría empeorado todo el cuadro. Charlie ahí, despojado de toda elegancia, como el hampa en un operativo de la bonaerense, tuvo su ángel de la guarda: una enfermera, probablemente la primera en notar que aún respiraba.
Las mujeres y Charlie, sin dudas el capítulo más interesante e inextricable de su vida; sobre el que más me gustaría saber con lujo de detalles. Una mujer lo pone de vuelta al ruedo.
La carrera no se suspendió y los que mejor cantaron su canción fueron Fangio y Castellotti en una Ferrari 860 Monza. Para esa fecha no había piloto que no reconociera a Fangio como un fenómeno. En el audio de Sebring el relator parece estar un poco perplejo ante la actitud sencilla del hasta ese momento tres veces campeón del mundo. Es probable que estuviera concentrado, administrando su energía; me hizo pensar en Messi su descripción. Enterado Fangio del accidente de su amigo, casi sin celebrar su triunfo, siguió a Charlie al hospital de Sebring. Tal vez habría otros compatriotas que pudieran cuidarlo, pero quien tomó las riendas del asunto, quien se quedó a su lado recibiendo las malas noticias de los médicos fue Fangio. Charlie tenía doble fractura de cráneo y precisaba un lugar con mayor complejidad. Fangio identificó el Hospital de West Palm Beach como el apropiado y organizó su traslado. Entretanto los telegramas de Ferrari comenzaban a llegar exigiéndole a Fangio en tono cada vez menos amistoso que se presentara a los entrenamientos para la siguiente carrera. Ferrari necesitaba al mejor piloto y Fangio necesitaba el mejor auto, en el medio la idiosincrasia de cada parte. Con cada misiva la relación endeble entre Ferrari y Fangio se ponía más tensa. Desoyó cada orden hasta que llegó su relevo para cuidar a Charlie; para la siguiente temporada su trato con Don Enzo estaba finalizado. En las crónicas se habla de Mrs. Menditeguy como quien fue a cuidar a Charlie; no sé si refieren a la madre, alguna novia más o menos formal o a la ex en plan samaritana, ya que no coincide con los períodos de sus dos matrimonios.
Charlie estuvo tres meses en terapia intensiva y bastante tiempo en coma. A poco tiempo de regresar al país, Charlie fue a Bariloche a encarar su rehabilitación. El dato anecdótico es que en el medio de su recuperación se entrenó para hacer la bajada del Catedral a toda velocidad sobre esquíes y ganó el Huemul de Oro.
Es difícil para mí percibir si Charlie fue realmente un ídolo popular o no porque la mitad de los registros opinan que sí y la otra que no. La verdad –si existe- debe andar a mitad de camino entre las dos visiones. Los que dicen que no era un ídolo popular argumentan que a Charlie solo le interesaba ponerse a prueba a sí mismo y no le importaba en absoluto brindarse al público, ni desarrollar su carisma. De hecho, había cortado relaciones con el periodismo porque había sido tergiversado en sus declaraciones en algunas ocasiones y no sentía motivación alguna por congraciarse con la prensa –tampoco tenía que rendir cuentas ante sponsors. Por otro lado, una figura como él de ninguna manera habría podido pasar inadvertida por los entusiastas de cada disciplina en la que participó. Fue justamente en aquel 1956 tan significativo que este hombre recio tuvo uno de los momentos más emocionantes de su vida. Había ido a ver una pelea de box al Luna Park. El público esperaba ansioso, a punto de ebullición, apurando con silbidos el comienzo de la contienda. Pero cuando la voz del estadio comenzó a hablar no presentó a los rivales. La voz, seguramente metálica y cargada de histrionismo, anunció que estaba presente en la sala un hombre que representaba los colores argentinos en las pistas del mundo y que allí se encontraba, mezclado entre la gente, luego de un terrible accidente en Sebring. Dijo: Carlos Menditeguy. La ovación bajó como una catarata efervescente desde las gradas hasta la platea, todos vitorearon el nombre de Charlie en un coro desaforado y ensordecedor. Cuenta Charlie que esa demostración significó tanto para él que al fin el calor del público penetró en su carne, la garganta se le endureció, las lágrimas salieron sin permiso y no supo qué hacer con todo eso que se le regalaba en ese instante inesperado. No era ni siquiera un público que entendiera de automovilismo o polo, donde más había descollado. Sin embargo, el reconocimiento y el cariño lo trascendieron.
Todavía el año 1956 le debía más triunfos y a pocos meses de su recuperación volvió a ser campeón en Palermo junto a su entrañable hermano Julio con El Trébol. Parecía que la doble fractura de cráneo quedaba atrás, que había sido superada totalmente ¿Quién sino Charlie podría? Si todavía tenía que ganar Palermo en 1960. Si luego de ganar ese abierto llegaría a su casa y se cambiaría para largar el Gran Premio a medianoche. Si todavía le faltaba decir, cerca de Arrecifes, “Quémelo Linares, quémelo”.
Años más tarde, desde aquel 1956 volvería un fantasma impiadoso. Aceptar o rechazar que su Parkinson, ese que lo llevó a la muerte, estuvo relacionado con aquella lesión cerebral resulta complejo. Si no fue la causa, o una de las causas, es muy probable que su presencia agravara el cuadro. Ese año había marcado de manera indeleble su existencia, su rumbo.
Sebring 1956 condensa los grandes temas de la vida: el coraje, el fracaso, la amistad, la vulnerabilidad, la voluntad, la gloria, el reconocimiento y la entrega. Una miniatura de la vida de alguien que definió la intensidad como forma de existir.

Fecha: 10/01/2015
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ssjaguar
! Bravíssimo !!! valeria…a continuar con el proyecto;que si resulta como la muestra,va a ser espectacular!
let1969
Valga una pequeña anécdota, mucho mas cercana en el tiempo, de como (al igual que en ese Luna Park del 56) la gente respeta a quienes considera ídolos, ejemplos o como cada uno disponga.
Hace un par de años, la ACTC organizó una caravana con sus autos que pasaron por algunas localidades de GBA y después si no me equivoco a Mar del Plata por la R2. al pasar por Olivos, se hizo una suerte de largada (ruido, aradas, show, etc)frente al edificio municipal. Cuando el locutor de turno anunció la presencia del intendente (García) se escucharon dos o tres aplausos de compromiso y un silencio bastante expresivo. Un ratito después pasó caminando el «Pincho» Castellano, quien obviamente acompañaba a su hijo Jonatan que participaba del show, sin presentación ni nada, las ovaciones y aplausos se sintieron de lejos, siendo estas sentidas y espontáneas.
Creo que, son esos momentos los que determinan quienes son los que realmente dejaron su marca en la gente
Qui-Milano
EXCELENTE ….!!!
Parece mentira que no haya un libro que cuente la vida de un personaje como Charly …
Hay que colmar ese vacío y este relato, excelentemente bien contado, puede hacerlo, agregando imágenes y fotos de los autos de el que están en Argentina y en el mundo….
marbadan
Sra. Valeria:
Me saco el sombrero ante Ud. y quedo sinceramente ansioso de leer la última línea de un trabajo que promete ser una revelación.
Congratulaciones y decirle que estoy atrapado con su línea de pensamiento; espero tener la suerte de leer su trabajo.
marbadan
jose del castillo
Creo que en la Argentina hubo muchos pilotos de los que amerita una buena biografía, Menditeguy el primero, por lo colorido de su personalidad. Espero ansioso el libro de la Sra. Beruto y les mojo la oreja a los hacedores de Whitefly para que lo piensen ya que ellos, de ésto ,saben bastante.
jose del castillo
¿Qué habrá de cierto y qué de leyenda en que llegó tarde a una largada en Mónaco por quedarse dormido con una actriz muy famosa del momento?
Bertschi
Vale, recibimos a Hilario con una nota exquisita.
Hace muchísimo tiempo que no disfrutaba de un relato automovilístico (+), como este.
Gracias, y sería un gusto editar una biografía deliciosa sobre el enorme y misterioso Charlie.
Gran beso a toda la familia Beruto – Eliçabe!
Alvaro
Felicitaciones Valeria !!!..excelente relato y esperamos ansiosos la continuación, que seguramente en algún momento vendrá y será muy bien recibida por los muchos admiradores del «Gran Charlie»….
Respecto al comentario de José del Castillo, se decía que la famosa estrella era nada más y nada menos que Brigitte Bardot !!!…si non e vero e ben trovato !!!
Bocha Balboni
Gracias, Valeria, muchas gracias, por traer tan importante recuerdo
Felicitaciones, muy bueno, además merecida evocación a un Grande.
Alberto
Muy buen relato. Espero el libro para mi biblioteca y adelante Valeria.
Gonzalo
que buen relato
Ayrton
Que maravillosa combinación cuando una GRAN historia esta tan bien relatada. Yo también espero con ansias cientos de páginas para leer con esta combinación recientemente comentada.
Felicitaciones Valeria! Por el relato pero aun mas, por Hilario!
Nicolás.
Mariana
Impecable!. Que linda historia.
Resulto ser que en aquella epoca , habia bastantes estrellas sin brillo.
Sería bueno que se reconociera como lo hacen con le Gran Fangio.
Conocí una vida nueva, de alguien importante.
Gracias Vale!
Marcelo
El relato es Genial, seguí así que el libro será un éxito. Hay un señor que conoció a Don Charles y al que le mandé este artículo y está encantado y quiere conversar contigo. Mándame por favor un mail a marhal2@hotmail.com y te pondré en contacto. Saludos.
pirulo
Sra. Valeria, es un brillante relato, excelente y atrapante estilo.
Habrá que esperar ansiosamente la versión completa ¿o tal vez esto sea un «trailer»? Algo similar a los estrenos que hacían en Rosario Les Luthiers antes de venir a la Gran Aldea.
Como sea, esto carece de importancia y es una simple elucubración de mi mente.
Desde ya que es una brillante idea realizar la biografía de un personaje tan grande como Charlie Menditeguy, quién tal vez no haya calificado para ídolo con la connotación que se le suele dar a esa palabra, pero que con absoluta seguridad despertó y creo que aún lo hace, la enorme admiración de todos los nacidos en este suelo.
Volviendo al primer renglón de este comentario, lo excelente del relato y el estilo, lo digo, porque si bien la vida de Menditeguy parece una aventura continuada, contarla sin desvirtuarla y sin convertirla en una monótona sucesión de acontecimientos, no es tarea fácil ni sencilla.
Pero acá me convierto en un BV, justamente no me gustó esta definición, si bien la palabra boludo es muy común entre nosotros y hoy por hoy está en boca de todos, hombres y mujeres de todas las edades, me parece, desde ya es solo mi opinión, que le resta un poco de sobriedad a la obra.
Jorge.
Marcelo
De acuerdo con Don Pirulo, los que somos ya algo mayorcitos extrañamos el uso correcto del lenguaje sin caer en ciertas palabras…pero por todo lo demás, el estilo y la narración, impecables…..
jose del castillo
Señores, tengan en cuenta que Valeria es una chica joven y habla como hablan los jóvenes. Por suerte escribe como un adulto, así que bánquense el «BV» y disfruten el maravilloso relato.
Winkelhock
Excelente la redacción y los datos de la nota, esperamos el libro.
Que sensibilidad para ser handicap 10 en polo, scratch en golf en 1 año, esquiar tan bien, tenista de los mejores y además manejar cerca de Fangio.
cinturonga
Ese Lente estimada Valeria, mis felicitaciones!…por lo narrado y por el momento!
Estaría muy bueno una biografía de Charly! no sea haragán y lárguese…
Que lindo llegar a ser portada de la revista el Gráfico y te subtitulen…»el dotadoooo»…la «o» extendida corre por mi cuenta.
Encima que ganaba todo, venía cargado.
Porque unos tanto y otros tan poco?
Un carinho glande, Cintu.
Gonzalo Balaguer
Muy buen relato! Como siempre.
Felicitaciones a la familia por la llegada del varoncito..!!
Steve Ray Boga
Siento que algunos personajes tan especiales merecen formatos no tradicionales… no sé, sistematizarlo a Charlie en una biografía más, mmm… reitero: no sé. Es como que el personaje está para más, y por lo visto la autora también, a la altura de intentar un formato literalmente extraordinario, alternativo. Este paso dado aquí en RTV es excelente.
DBU
No tengo dudas, mi biografía la tiene que escribir Valeria.
Marcelo Beruto
Lindo rompecabezas pa´ despuntar el vicio se agarró. Yo le había ofrecido el Pictionary (que creo que era de ella) para pasar la gestación de Hilario, pero agarró otro lápiz… ¡Nooo Cinturonga! ¡Es mi hermana! ¡Tomó el teclado!!! ¡Y con ganas!!! Sino preguntenle al anestesiologo que -no voy a decir «la atendió»- el viernes pasado (Esto de hablar acá sobre mi hermana es como caminar por un campo minado). Tampoco pudo desprenderse de su profesión en sendos casos.
Volviendo a Menditeguy; falleció casi una década antes que yo naciera, así que mucho no podré aportar; pero sí me llegó de manera incomprobable que «Charly» era como le decía su madre pero él se hacía llamar «Carlos», aunque con poco éxito ¿Será?
Dicho en correcto apache todo esto «is beri dificul».
Penetrit
Como early mayorcito a quien le molesta el boludo en sustitucion del flaco, chabon, man, viejo, negro u otras; me parece muy adecuado para los personajes que describe Valeria porque son boludos en el correcto significado de la palabra. Señora anoteme con un ejemplar, promete mucho por el personaje y por su estilo. Solo por lo de BB se merece 3 libros.
jose del castillo
Corria un chiste en los 60 en el que Charlie aprovechando un viaje a Roma iba a visitar a Pio XII, entonces Papa. Este lo invita a acompañarlo a salir al balcón para el clásico saludo a los feligreses y un argentino que estaba en la plaza de San Pedro le dice a otro: ¿Che, quien es ese viejito que está al lado de Charlie?
mastergtv
Atrapante la manera de relatar,creo que la mirada de una mujer,le puede aportar algo mas.Sin dudas el personaje,lo merece y estoy deseoso que emprendas el trabajo.
Otro que se merece un repaso de su vida es Andrea Vianini,habria que aprovechar mientras lo tenemos vivo.
saluti
OO=V=OO
angel meunier
Recomiendo de Andrea Vianini: Un Hombre es Siempre un Hombre, si no me equivoco es de 1996.