Lo que el viento se llevó
Valeria Beruto - 23/08/2010-“No te hagas problema papá, yo te presto mi Bora”-
Y a Luis se le retorcieron las tripas. Sonrió para ocultar que estaba apretando los dientes. Se sintió incómodo. Hasta ridículo. Tanto predicar para que en el seno mismo de su familia hubiera un rebelde, un hereje, un insurrecto, un moderno.
Inés ni en cien años se hubiera dado cuenta del sutil duelo. Sólo le interesaban los anillos de diseño italiano que se sortearían más tarde.
Luis, un templario de la ampolleta, quedó así mirando el reloj enemigo con nombre de viento. En su romántica idea del automovilismo este aparatito de horrendo formato no tenía lugar. Lo único bueno que hacía era que le hablaba en italiano. ¿Dónde había quedado el espíritu aventurero de las carreras? ¿El desafío de la imprecisión, la anécdota de lo imprevisto? ¿El coro de bips, el zamba de relojes abordo, los “copilotos-arbolito de Navidad”? ¿Qué era una carrera sino todo eso?
Luís trató de apartar todos esos pensamientos y dócilmente se entregó a la escueta explicación sobre manejo del reloj que le brindó su hijo. Otra no le quedaba: había olvidado todos sus Ghibli en un bolso en casa. “Cuando pases por una bandera roja apretá el pulsador”, fue la indicación del hijo a su madre. A Inés le brillaron los ojos. Si Luis era un templario de la ampolleta, Inés era la Juana de Arco de las carreras de regularidad. Lo había visto casi todo: desde el Casio progresivo, pasando por el reloj pulsera para los controles horarios, sin olvidar la aparición de los regresivos programables (oh! Qué bendición! Pensó en aquel momento), luego los Ghibli y por último los Mistral. Inés era de la escuela de las que se salía más de medio cuerpo afuera del auto y gritaba a todo pulmón un inductor “top” para quien cumplía la función fiscalizadora a unos metros de allí. Era también de las que saltaba el alambrado en busca del arbustito perfecto. ¡Cuántas veces se le complicó en la mezquina estepa patagónica! Inés tenía demasiadas carreras corridas.
Para este Raduno Classiche Luis había decidido ir con su Lancia B20 que tanto placer le daba manejar. Le corrió un escalofrío por el cuerpo el sólo hecho de pensar que alguien pudiera clavarle un reloj al elegante tablero de su auto. Eso lo apartaba de la película que corría en su imaginación cada vez que encendía el motor, cuyos actores eran nada menos que Fangio, Villoresi, Ascari y él.
Estaba todo listo para transitar las pruebas: Bora en mano, mirada al frente, mirillas calibradas, pulsador con Inés. Y allá fueron…
Inés quedó fascinada. No tanto por la performance de su marido, que le pareció un detalle sin demasiada importancia, sino más bien por cómo ese aparatito sin gracia alguna podía liberarla de tantos males padecidos por tanto tiempo.
“Pip, pip, pip: así de fácil”, ilustró Inés a sus compañeras de carrera de toda la vida. No más relojes que se paraban por un golpe, ni recordar secuencias de pruebas, ni programar circuitos, ni perder relojes dentro del auto y ni hablar de contar para atrás mientras veía pasar los números para adelante. El futuro era hoy.
Luis sintió que se desmoronaba su imperio. Aunque aún tenía un as en la manga. ¿Sabría Inés cuánto salía un Bora? ¿Sabría que ese feo aparatito era más que un día entero de shopping descontrolado? Luis analizó el potencial de su arma secreta y finalmente llegó a la conclusión de que ese argumento no le serviría. Era un arma de doble filo. “¿Para qué introducirla a Inés en el mundo del cuánto cuesta el automovilismo? A ver si todavía tenía que dar explicaciones si se compraba un Holley doble boca”, reflexionó.
Su talón de Aquiles estaba al desnudo, el enemigo lo había tomado por la retaguardia. Inés no volvería a los polvorientos Ghibli por nada. Su suerte estaba echada. Sólo le quedaba esperar la clemencia de quienes saben lo cierto que resulta el fragmento del poema de William R. Wallace “For the hand that rocks the cradle Is the hand that rules the World”.
Categorías: HistoriasFecha: 23/08/2010
Otras notas que pueden interesarle
El Soviet del Indec
Un fantasma recorre Buenos Aires… el fantasma de la Unión Soviética. Elegimos comenzar estas líneas con una versión remozada del célebre inicio del «Manifiesto Comunista», que permite dejar picando un interrogante veraniego: ¿es posible conjugar el pegote calor de un enero porteño con el frío acero de la mecánica soviética? Al parecer, la siempre bizarra […]
Lectores RETROVISIONES20/01/2010 17 Comentarios
GP Historique Monaco 2012: voy para allá
«Hola gorda… sí, todo bien, pero rompí el auto… noooo, no me hice nada, solamente rompí el auto, así que poné los fideos y avisále a los chicos que comemos todos juntos. Chau gorda…»
Cristián Bertschi12/05/2012 3 Comentarios
Pasión y tardes de autódromo
Jorge Maggi, ya campeón, vehemente y veloz, su característica. Uno de los recuerdos más lindos del Club Alfa Romeo eran aquellas interminables tardes de los días sábado en la sede de la calle Brasil 14. Ahí, no solo había autos que los socios guardaban, sino que era un verdadero desfile de personajes. Mencionarlos llenaría demasiadas […]
Lao Iacona24/10/2015 19 Comentarios
18 días, 18 clásicos
Ford Anglia E494, Colonia del Sacramento, Uruguay.
Diego Speratti10/07/2010 2 Comentarios
Crónica de un desastre anunciado
De la serie «No todo lo que se pinta con los colores Martini se transforma automáticamente en lindo y ganador». Este raro y único ejemplar de F1, con los colores «santos» es la perfecta demostración… Nacido en 1973 dentro un proyecto muy ambicioso (un 12 cilindros boxer ex-novo, con chasis en honeycomb de aluminio), pero fue […]
Qui-Milano08/09/2014 10 Comentarios
482 días, 482 clásicos
Renault 4 GTL Clan c. 1990, Esplanade des Invalides, 7e Arrondissement, París, Francia.
Diego Speratti07/12/2011 Sin Comentarios
Cartel de miércoles #39
Hay dos paisajes muy comunes en las rutas nacionales. Uno son los tributos color rojo sangre al Gauchito Gil. Y el otro, los carteles que indican el camino más directo hacia las abnegadas trabajadoras sexuales que habitan el suelo patrio. Por suerte tenemos libertad de cultos y la posibilidad de elegir a quien adorar. Vaya […]
Staff RETROVISIONES07/08/2013 2 Comentarios
Lancia y yo (Parte 1)
Iba medio almanaque de 1990 y yo cursaba tercer año en el Colegio Nacional de Buenos Aires en el barrio de Monserrat. Para volver a mi casa en Parque Patricios me tomaba el 28 por Bolívar en frente del City Hotel. Un día, no recuerdo si por un paro o por algún corte de calles […]
Cristián Bertschi10/03/2015 21 Comentarios
161 días, 161 clásicos
Rambler Custom sedán 4 puertas 1960, Pueblo Nuevo, Colonia, Uruguay.
Diego Speratti01/12/2010 5 Comentarios
Lole, Héctor Acosta y aquel Grand Prix
1980 había sido el año del cambio para Lole; a fines de 1979 dejó Lotus, un equipo en sus propias palabras desorganizado y desorientado, e ingreso en “EL» team de entonces en lo que a diseño y asistencia se refería: Williams. Más allá de los avatares y sinsabores que con el tiempo y por diversos […]
Lao Iacona05/03/2014 12 Comentarios
¡Salud campeones!
Una vez más el final de otro torneo ha ungido con el máximo galardón a quienes demostraran su envidiable destreza en ese fino arte de practicar el balompié. ¡Salud campeones!
Hernán Charalambopoulos04/12/2011 4 Comentarios
El curro de Raúl
En Monterey, Raúl tenía que trabajar como playero ya que con el oficio de fotógrafo de RETROVISIONES solamente no le alcanzaba. Miguel Beruto
Lectores RETROVISIONES30/12/2012 2 Comentarios
Seguimos con los rastrojos
Como estamos con el Mal o Bien de los rastrojos, les mando esta foto, que tiene un montón de anécdotas alrededor (entrando en lo futbolístico). Pero lo increíble son las vueltas que tuvo que dar el dueño para conseguir el Rastrojero (en el interior de Buenos Aires) y todo el repuesterío. JUANCEGA.-
Lectores RETROVISIONES05/03/2013 14 Comentarios
Recuerdo
Diecinueve años sin el «Pato» Morresi. Nuestro recuerdo desde este espacio para uno de los grandes ídolos del Chivo.
Hernán Charalambopoulos28/03/2013 2 Comentarios
Autos clásicos en Argentina
Siguiendo con las presentaciones editoriales de este caliente verano del 2010, nuestro querido Bertschi se destapó con otra criatura, de quien los coautores de este espacio nos sentimos también un poco padres, no sea más que por haber escuchado sus lamentos durante la frenética recopilación final, o bien justificando con el enorme trabajo realizado, cierta indolencia […]
Hernán Charalambopoulos19/01/2010 14 Comentarios
¡Feliz primavera!
La foto es de un catálogo Lancia de 1971, mostrando la entonces nueva 2000 Coupé. Se trataba de una evolución estilística del Flavia, modelo con el que compartía plataforma, y el esquema de tracción delantera. Sabemos que a mediados de los noventa entró en Argentina (proveniente de Turín), una unidad de color marrón oscuro. ¿Alguien sabe algo […]
Hernán Charalambopoulos24/09/2009 3 Comentarios
527 días, 527 clásicos
Panhard PL17 chatita, Parque del Plata, Canelones, Uruguay.
Diego Speratti19/02/2012 7 Comentarios
67 días, 67 clásicos
Rugby c. 1928 chatita, Alcorta, Provincia de Santa Fe, Argentina.
Diego Speratti28/08/2010 1 Comentario














Peraluman 25
Faltó aclarar en letras muy pequeñas: «Cualquier similitud con la realidad es involuntaria casualidad» Conozco a alguien que el próximo domingo no come asado.
Santino
Grande Luis!!! Queremos a Luis mas seguido!
Ojo con la invasion de Arturitos!
Fede44
Muy buena!
Conozco otro caso como el de Luis…no es fácil.
cinturonga
Estimada Valería,
reconozco en ud. una gran «drescriptora» de los hechos. Me da la sensación que alguna carrera corrió, y que tiene algunos lazos con gente del medio ambiente. Muy buena y precisa narración de los hechos y pormenores! me trajo algunos recuerdos.
Le mando un saludo grande. (intento cuidar las formas)
Don Richard
Valeria:
Yo soy del grupo de los «Luises». Tu descripción es perfecta, el Bora una maravilla, la tecnología fantástica. Pero entonces: ¿para qué está el copiloto, si uno con un Bora puede hace todo solo?. He visto incontables matrimonios en rallies en que él va enfrascado en su Bora y ella con cara de aburrida al lado, porque lo único que hace es indicar la ruta. ¿Cuándo se va a dar de nuevo el «me perdí», «no me tomó el taqueo», «esto no anda» y esas deliciosas peleas a grito pelado en el auto en plena carrera, que tienen el enorme placer de la reconciliación cuando los ánimos se calman?
Y no te cuento la deportividad de una y otra forma de medir: la ampolleta es mucho más aleatoria, sujeta al error, más aventurera. Con el Bora, hasta es más fácil pisar bien, según todos aquellos que lo usan y con los que he hablado. Prefiero, como Luis, seguir con mis tres Casio y partir a la aventura aunque «no arrime ni a placé» que perder el sabor de lo desconocido.
Daniel, perdoname, de todas maneras cada vez quedamos menos dinosaurios con ampolletas. Salvo que Luis triunfe, e imponga su criterio, ya que conozco al personaje.
fierro y cruz
TOTALMENTE DE ACUERDO, BASTA DE INSTRUMENTOS ANTEDILUVIANOS, ADELANTE CON LA ULTIMA TECNOLOGIA, DEJEMOMOS DE JOROBAR CON AUTOS VIEJOS, VAMOS TODOS CON AIRE ACONDICIONADO, DECENTE CALEFACCION, DESEMPAÑADORES DE VIDRIOS, CORRAMOS TODOS CON LOS AUTOS EQUIVALENTES AL BORA, VW GOL, CHEVROLET CORSA, FIAT PALIO, TIREMOS AL DEMONIO LAS BUGATI, MASERATI, FERRARI Y NO PRETENDAMOS MANTENER UN ROMANTICISMO QUE NO EXISTE.
Daniel Claramunt
Don Richard:
Supongo que el Daniel que te tiene que perdonar soy yo, aunque no sé bien porqué. Quizá el que te tenga que perdonar es tu copiloto jajajaja.
En definitiva y por suerte, lo bueno de esto es que cada uno pueda hacer lo que le plazca y se divierta de la manera que mejor le parezca.
Si te gusta la aletoriedad y el sabor a lo desconocido te recomiendo jugar al tenis con una escoba y un limón, en lugar de raqueta y pelota. Sin mayores espectativas, porque hasta Ricardo Cano hoy, en esas condiciones te va a superar.
Maximo Palmbaum
Extraordinaria nota. Felicitaciones.
MAXIMO PALMBAUM
Bartolomeo Costantini
Sacrílegos!!!!!! BugaTTi con doble T!!! Y ahora una hora al rincón en penitencia!!
Don Richard
Dany: Gracias por la comprensión. Se que has hecho mucho por la actividad y su renovación técnica, de ahí mi pedido de perdón. Taqmbién gracias por tu recomendación para el tenis, ya no me dan las tabas para ese deporte, pero seguiré tu consejo y jugaré golf con un escobillón y un damasco, y que Tiger se prepare….
Claudia Beruto
No puedo hablar del Bora en particular porque nunca lo utilicé. Pero puedo decir que corrí muchas carreras como copiloto y más allá de los nervios que te produce tener un batallón de cronómetros en mano es muy divertido y muy «adrenalínico» al momento de tener que pisar la manguerita. Me siento muy identificada con Inés cuando usaba los cronómetros con cuenta progresiva y yo tenía que contar regresivamente…se me armaba cada lío!!!! Y realmente, pasar por el control dentro del «segundo», era la gloria misma. Que vuelvan los Casio!!!
Sandra Beruto
Y pensar que gane la copa de damas de las 1000 millas 2004 con un cronometro casio que una vez quedo al sol y se puso todo negro y con un timer de cocina!!!!!Eso si que era divertido…
Las anecdotas vividas en lo rallies con estos cronometros son fantasticas!!!No a los BORA