Fuertes como Robles
Diego Speratti - 08/06/2010El lugar se llama Parada Robles. Hasta hace unos años era un caserío en el Partido de Exaltación de la Cruz, una posta a 77 km de Buenos Aires, cuando hacia el norte se rumbea por la Ruta Nacional 8.
Ahora el pueblo creció y se rodeó de lotes de quintas y barrios cerrados. Cambió el paisaje, cambió el perfil de habitantes, cambiaron los apellidos, pero sobreviven los focos de resistencia al inevitable avance del “progreso”.
Uno de ellos está a metros de la ruta, y es el espacio que ocupa la familia Señeriz. Ellos se instalaron aquí hace décadas según nos dejan saber algunos vehículos veteranos repartidos por las instalaciones, ya completamente incorporados al paisaje.
Fue verlos desde el camino y parar a conocer la historia de esos transportes, intimamente ligados a los vaivenes del clan, los de la vida misma.
Fernando Señeriz instaló, allá por 1977, su propia embotelladora de agua con (soda) y sin gas en este mismo sitio. De eso me enteré luego de que la primera persona que salió al encuentro del visitante, su madre, amablemente me presentó a Fernando, quien al principió se mostró un poco extrañado por mis inquietudes. Al minuto, abandonaba las tareas de etiquetamiento que realizaba para contarme, con entusiasmo y a grandes rasgos, su historia y la de sus camiones.
“La fábrica se llama así por mi nombre, aunque hace tiempo dejé de ser Fernandito”, cuenta riendo, “y empecé a repartir agua y soda con un camión Republic 1928”.
Poco después, a este raro peso pesado norteamericano lo acompañó en las tareas un camión Ford A 1930 y luego los dos vehículos que decoran el camino de entrada a la pequeña embotelladora.
A partir de 1978 también tuve trabajando al Ford 1938. Es un modelo raro, un híbrido entre pick-up y camión de 800 kilos de capacidad. Lo compré en Pilar y lo tuve funcionando hasta más o menos 1992”, recuerda.
A la flota se sumó dos años después un camión Chevrolet del mismo año que vivió siempre en la zona: “al Chevrolet lo compraron nuevo en la Estancia Martín Fierro, de Exaltación de la Cruz, y luego estuvo en manos de la familia Gatto, que tenían huerta y lo usaban para distribuir la verdura en Capilla del Señor. Aquí prestó servicio hasta el año 1994, cuando compré el camión Grosspal”.
Desde entonces los dos tienen descanso, pero no necesariamente el que se merecen. Aun así, el Ford sólo tiene ojos para el Chevrolet, y viceversa. Se miran, se cuidan, se dan fuerzas para resistir la lluvia, el sol, y a la flora que sigue dejando huella en sus trajinados cuerpos, mientras sueñan que un día llegará ese príncipe azul que los rescate de este inclemente presente.
El hijo menor de Fernando, entusiasta de los autos de otros tiempos, se puso en campaña por volver a la vida al Ford, pero es mucha la tarea. También, a pocos metros de los camiones, espera atenciones un Ford T 1925, el mismo que armó el padre de Fernando, mecánico de profesión, para buscar repuestos y remolcar “heridos” por la zona entre 1957 y 1990.
Tres generaciones de la familia Señeriz se integran al retrato familiar con los camiones de la embotelladora “Fernandito”. Al rato, todo vuelve a la normalidad, la abuela a realizar las tareas de la casa, los hombres a la línea de producción, y la etiquetadora a vestir botellas, siempre impresas con el número de atención al cliente (02323) 478030, que no hace diferencia si es que aparece un llamado de algún cliente del centro de atención al camión doliente.
Categorías: En cada esquinaFecha: 08/06/2010
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DanielC
Que lástima y que ganas dan de volverlos a la vida.
Mariana
Q tristeza ver esas pequeñas bellezas así– q lindo relato!
FORD♥
COCA COLA♥
q hermosura!!!
Amalia Parodi Darchez
Buenisima la nota! lo conozco a Fernando! Te cuento que antes el Paraje se llamaba Villa Preceptor Manuel Cruz, actualmente Parada Robles. Mi flia se instaló allí hace mas de 12 años…y es muy acertado tu comentario respecto de «la resistencia al progreso» (bien entendido, distinto al «desarrollo» sobre el cual todos estamos a favor). Grs x valorar nuestro lugar…! (la imprimi y la transporto hacia Robles! ja)