El Mehari griego
Hernán Charalambopoulos - 18/01/2010Sábado lluvioso, un poquito aburrido y desperezando la mañana, me dispuse a acomodar cosas en casa, entre ellas unas cuantas fotos viejas que tenía que reclasificar. Las pocas que me quedan de los años de niñez vividos en Atenas tenían nuevo destino en una carpeta diferenciada y preparada para la ocasión.
Cuando comencé a separarlas, encontré una foto con papel de Polaroid en la que muchos autos decoraban el paisaje, y entre ellos un Pony, verdadero orgullo de la industria griega de esos años. Una tormenta de imágenes me nubló la memoria y descargó todo el archivo guardado en pocos segundos, poniendo a dura prueba a mi maltratado disco rígido.
Recuerdo que lo primero que pensé a mis ocho años, cuando vi el Pony por primera vez fue: «qué feos son los Meharis en este país…» Leyendo revistas y preguntando, me enteré que era un producto fabricado en Grecia por la empresa Namco, con base mecánica e imagen de marca de Citroën 2CV.
La historia cuenta que un tal Pietros Kontogouris, junto a otros miembros de su familia habían estado intentado fabricar automóviles con suerte dispar durante algunos años, hasta que un buen día decidieron tocar la puerta de Citroën que por esos años estaba muy sensibilizada con la idea de ensamblar sus productos en países poco industrializados, como parte de un ambicioso proyecto social que incluía capacitación y fomento de la pequeña industria autopartista regional.
En 1974 se presenta al mercado el Pony construído bajo licencia Citroën, y que gracias a una ley decretada por el entonces nuevo gobierno democrático, queda eximido de impuestos junto a los demás vehículos de este tipo que fueran fabricados localmente.
La carrocería abierta lo hacía compatible con el insoportable calor y la ausencia total de lluvias durante gran parte del año. Era además barato, robusto y muy adaptable a las tareas rurales, con lo que el éxito parecía asegurado. Estaba construido en chapa y solamente algunas piezas en plástico a diferencia del Mehari que era «pura fibra». Al no disponer de matricería de avanzada, los griegos se las arreglaron para plegar las planchas de acero y vestir al Pony de forma bastante rústica,y hasta descuidada si se quiere, cosa que habrá seguramente hecho temblar el Olimpo, haciendo lanzar rayos y truenos a unos dioses enfurecidos por el desprecio perpetrado hacia su ancestral sensibilidad por la estética.
Hay que aclarar sin embargo, que en los años en que Zeus y sus amigotes hacían de las suyas en las alturas y el buen Fidias esculpía los frisos del Partenón, la billetera de Pericles estaba a su entera disposición y nunca faltaron capitales para financiar las ideas de su inquieto cincel. Dos mil quinientos años más tarde, en Thessaloniki (que nunca fue Atenas), la cosa estaba un poquito más áspera en términos de recursos asignados al desarrollo y manufactura…
A pesar de todo, el Pony se fabricó en dos versiones, una abierta y otra cerrada, una suerte de furgón que sirvió de auto oficial del aparato de empresas estatales durante aquellos años, como aquí supo también hacerlo nuestra querida «Citroneta». Hasta 1982, año en que dejó de ensamblarse luego de algunos restylings como vemos en las fotos, se produjeron más de 30.000 Pony, dando una idea de la magnitud del negocio, sobre todo teniendo en cuenta que Grecia contaba en esos años con un mercado interno de poco más de 100.000 unidades al año.
El ejemplo del Pony fue seguido por otros fabricantes que con base mecánica de otros coetáneos se lanzaron, aunque sin la suerte de este, a la aventura. Recuerdo el Renault Farma, publicitado como «To Elinikó Tzip» (el Jeep griego ) que tenía base mecánica del R4. Hubo también una versión llamada Fiat 127 Amico, que era una suerte de MiniMoke de Fiat, y el Fox, una rarísima, pero muy interesante propuesta de carrocería abierta en fibra sobre mecánica del Mini.
Los últimos años setenta representaron un perìodo de estabilidad política y algo de prosperidad en un país que venía golpeado por dictaduras, preparando el terreno para el ingreso a la Comunidad Europea que se dio en 1981. Fué entonces que cambiaron las leyes y ya no hubo más incentivos estatales para la fabricación local de estos raros aparatos que quedaron en la memoria popular como los únicos medios de transporte alcanzables para la gran mayoría de la población, especialmente en las zonas marítimas y en las castigadas áreas rurales.
Categorías: CrónicasFecha: 18/01/2010
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Bartolomeo Costantini
Buenísima nota!!!
La parte sobre la billetera de Pericles es soberbia
Saludos desde el sur
admin
Volviò Don Bartolomeo…Se lo extrañaba por aquì. Buone vacanze !
GF
Muy buen artículo! a este no lo conocía!
EP
Hernan,
Ahora entiendo porque te hiciste diseñador. Asumo que fue una especie de llamado patriotico para remediar estos productos de la industria griega.
Slds,
Edgardo
GB
Excelente la rareza para este lado del mundo.
Que alguien me traduzca las etiquetas de las fotos, que son una parte muy importante en mi lectura de todas las notas del Sitio.
Gracias.
Jason
En todo el mundo, hube muchos Méharis producidos localmente.
Grecia = Pony
Yagán = Chile
Dalat = Vietnam
Baby Brousse (y FAF) = Costa de Marfil
Los de Irán y Senegal fueron llamados Méhari, pero con carrocerías diferentes.
Más detalles en el excelente sitio citronero http://www.citroenet.org.uk