Álbum de figuritas
Charles Walmsley - 26/11/2013Me armé un «álbum de figuritas» donde junté todas las fotos blanco y negro de monopostos de la gloriosa época de antes. Muchas de estas fotos me las mandó Poroto, quien también supo regalarme un múltiple de escape de Limitada 27.
Se me ocurrió sería muy interesante mostrarles a mis amigos en RETROVISIONES algunas pocas que para mí son verdaderos «óleos». No les muestro autos, quiero que aprecien todo lo que pasaba atrás de las carreras. Les pido miren con mucha atención los detalles de indumentaria, sombreros, cascos, peinados de mujeres, expresiones, manos, trofeos, propagandas, ¡todo!
Déjenme resaltar por ejemplo los ruleros de la señora del auto 133 de Gral. Acha, o la gastada de los mecánicos en la falsa apretada de tapa del auto de Lambrecht, el pañuelo atado con cuatro nudos en la cabeza atrás de la corona de laureles. O quizás la de la peña sea la más emotiva; me imagino a cada uno juntando guita para poner el monoposto en pista (de tierra) el domingo que viene en el pueblo cercano. El piloto creo esta con una pierna enyesada…
Quizás hoy pueden parecer graciosas estas fotos. Les pido las miren con respeto, esta gente hacía automovilismo con sudor, lima y sin guita. Son los Fangio de cada barrio, muchos de ellos dieron la vida en carreras que ya nadie recuerda, son los ídolos, próceres olvidados del automovilismo argentino. Toda la familia estaba el domingo en la carrera, tías, abuelos y niños. Tengo mucho respeto, admiración por todos ellos, me animo a decir mucho más que por los grandes que todos conocemos. Debo confesar, me emociono mirando estas fotos, por favor no hagan chistes. Rindamos un pequeño homenaje a todas estas personas.
Categorías: AutomobiliaFecha: 26/11/2013
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Javier M
Cada una de las fotos es un testimonio invalorable, tiempos heroicos y con más, mucho más cercanía entre el deporte y la gente.
La Bidú: quien suscribe no llegó a probarla, que gusto tenía?
Gran nota, gracias Sr. Walmsley.
Nostalgiuzo
Maravilloso material Charles !!! Toda mi admiración y respeto por ese automovilismo.
Vamos, que se siga abriendo el gran archivo…
Lucasg
No hace falta ponerse solemne, la épica de la época ya inspira respeto y admiración.
A veces creo que el automovilismo puede volver a ser un deporte de caballeros (nobles o plebeyos, pero caballeros), en el que importe más el sentido de sacrificio y generosidad que el vedettismo y los negocios.
Me encanta la idea de que detrás de cada auto haya familias y amigos juntando las chirolas y compartiendo la mesa.
Algún día encontraré el Ford T con el que mi abuelo corrió en alguna de esas pistas santafecinas.
¡Gracias Charly!
pirulo
Sr. Walmsley, hermosos documentos de épocas que seguramente no volverán, dónde estaba muchas veces todo un pueblo detrás de algún piloto, sosteniéndolo no solo en el aspecto económico.
Tiempos en que las palabras honor, honestidad, amistad, orgullo, familia, respeto, educación, etc., tenían un significado real, no tan desvaído como el que tienen ahora.
Javier, el gusto de la Bidú era similar al de cualquier bebida cola (Pespsi, Coca-Cola, etc.)
Un abrazo. Jorge.
jose del castillo
Javier, la Bidú era parecida a la Coca Cola, otras de la época eran la Racauchi Cola (no se rian, se llamaba así), la Refrescola o la naranja Bilz. La Bidú era de lo mejorcito que había.
pirulo
José, la diferencia fundamental es que la Racauchi y la Refrescola eran un concentrado que había que preparar, normalmente se usaba soda, y la Bidú ya se vendía como gaseosa.
Un abrazo. Jorge.
JaVo Br1
Las peñas, los interminables grupos de amigos-arrimados-ayudantes para quienes era motivo de igual orgullo ser el carburista que el iba a comprar el aceite, en el abrazo luego del banderazo todos eran iguales.
El orgullo que da el pueblo, el cansancio del trabajo a deshoras, las risas de chistes ridículos y el amargo de maratónicas cebadas de mate eran la escencia de todo y el combustible el amor por los autos.
Por suerte y a pesar de todo algo de esto sobrevive en los «zonales» golpeado por los tecnisismos , ahogado por la realidad y ninguneado por el profesionalismo.
Me gustó lo de caballeros nobles o plebeyos, pero caballeros.
Salute
Mariana
Los ruleros son mortales!
JaVo Br1
A propósito de esto envié unas fotos de un restaurado monoposto del veintitreinta, por si desean publicarlas. Una vez arriba del adminículo mecánico dimensioné el valor y destreza de estos tipos.
La mitad del cuerpo me quedaba fuera del auto (hacia un costado), el centro del volante se alineaba a la perfección con mi hombro izquierdo, detrás de la inmensa circunferencia de mando, bajo las piernas una inalcanzable palanca de cambios y mas abajo la caja que de un lado tenía el pedal de embreague y del otro el freno, el acelerador se encontraba (había que encontrarlo) casi abajo del freno, justo al extremo derecho del ¿habitaculo?. Ah, la «butaca» que en sus buenos tiempos debió ser una lata de 50 lts de algo se encontraba alineada conla punta de eje delantera izquierda o sea como a 30 grados del plano del volante.
Y poniendole ruido y movimiento a este potro de tortura un seis que cuando embalaba disparaba todo esto y piloto a mas de 100km/h sobre caminos de tierra que se veían solo en la primeer vuelta y si ibas primero. Perdonando la expresión en una carrera había huevos como para hacer flanes hasta que se termine el año.
Gracias Charles!
onda-retro
Grande Charlie !!! Muy buenas las fotos y el relato
A prepararse para el 2014 , se viene un gran año para los monopostos con motor delantero , reviviendo historias, carreras y circuitos !!
Saludos, Horacio.
Del Moño
Hermosa nota Charly.
Gracias por marcar el camino.
angel meunier
Emocionante nota Sr. walmsley, casualmente hoy a mediodía estuve hablando de Ud. con Manuel Mantinian hijo. Le decía lo linda que es su cupé, por lo original, testigo de una época, piloto, mecánico, preparador y me vengo a enterar de boca de Mantinian hijo el porque del nombre La Luisa de la Chevrolet, resulta que en el taller del padre había un personaje apodado «tapón» que la llamaba La Luisa y en cercanía del taller vivía una Sra. llamada Luisa y cuando «tapón» decía ahí va la Luisa no se sabía si mencionaba a la vecina o a la cupé.
En algún momento, cuando mi hijo me enseñe, voy a mandar algunas fotos que tengo. El año que viene cumplo 70 y siempre interesado en los autos, motos, etc. Algunas tengo.
Lo rescatable de su nota es reconocer que hubo gente muy simple que también hicieron cosas importantes que hoy nosotros recordamos con emoción. Seguiría toda la noche escribiendo, pero me llaman a cenar y debo terminar.
angel meunier
Perdón: Walmsley.
angel meunier
Perdón: Walmsley. Hay un libro muy interesante, que me lo prestó un olavarriense, sobre los Emiliozzi, antes de correr en TC, época de monopostos,Ford T, limitada, etc. Ya en ese tiempo no ganaban, «afanaban». Cuando aprenda, le mandaré fotos de la evolución de «La Luisa».
mebottini
Estimado charly reconozco que a pesar de tu inmadurez nunca suficientemente resaltada, descubro cada tanto algún gesto de nostalgia y sentimentalismo, las fotos están espectaculares, no muestran autos, se ve en ellas, amistad, respeto,esfuerzo y emoción
Gracias por compartirlo con nosotros y por mostrar que hubo otro automovilismo, con menos glamour, menos espectáculo, pero por lo menos para mi gusto a mucho más valioso que el actual
Eirwal
Estimado CW:
Muy lindo album y muy buenas las sentidas glosas que lo acompañan. ¡Qué cierto aquello de «con sudor, lima y sin guita»!
Me hizo retrotraer unos cuantos años, cuando me tocó en suerte vivir en un pueblito muy pequeño del Valle Medio rionegrino y compartía largas trasnoches en el taller de un tal Jorge Martínez, más conocido (¿quién sabe por qué?) como «Choronga». El auto que nos convocaba no era un estilizado monoposto sino una humilde «bolita», de aquellas que engrosaban las innumerables categorías zonales del interior, pero el ambiente (piso de cemento alisado y paredes de ladrillo a la vista) y nuestrss pintas se asemejaban muchísimo a sus «figuritas». Dado que mis conocimientos se limitaban a la mecánica (muuuy) ligera la única herramienta del taller que se me permitía manipular (con bastante frecuencia) era el sacacorchos. También tuve que ver con la parte estética/decorativa a cuyo fín elegí un tono de pintura anaranjada «Rompehielos Irizar» y unos ojitos bizcos pintados sobre la chapa que reemplazaba los faros originales. Nuestra única recompensa era la felicidad de ver que «Choronga» lograra uno que otro infrecuente podio. Gracias por refrescarme estos recuerdos.
PD: Hace unos días, luego de realizado un trabajito en mi auto, el dueño del taller de electricidad sacó una cartulina cuadriculada y me preguntó si no quería comprar un número de la rifa. Cuándo le pregunté por el fin de lo recaudado me contestó, «Es para ayudar a mi sobrino que está preparando una «bolita» para correr». O sea que lo de «sudor, lima y sin guita» sigue vigente. Supongo que no hace falta aclarar que compré un número…
Javier M
Estimados Pirulo y José Del Castillo, gracias por los datos, son curiosidades que uno tiene. La Bilz en esta orilla no era de naranja sinó de grosella, «jarabe de grosellas del Rhin» según me contó un viejo empleado de la planta que la producía.
Me adhiero a la expresión: «caballeros».